Por MARIO HERNANDEZ JAIME
Vaya que como buenos mexicanos que somos, ahora los aficionados se quieren comer a Memo Ochoa y satanizarlo inmisericordemente por los dos errores seguidos que ha tenido en su portería, tanto en la del América como con la selección mexicana.
Sus errores iniciaron hace más de 10 días en Torreón, cuando se le escapó el balón en el partido amistoso y de preparación al mundial de fútbol, que se jugará en Sudáfrica y jugado ante los coreanos.
En el Cuauhtémoc la volvió hacer. La pesadilla se hizo realidad en aquel disparo de Hérculez Gómez. El delantero de los Camoteros que ensayó un fuerte disparo y la barrera no colaboró, pero Ochoa se volvió a equivocar, como lo hizo con el Tricolor frente a Corea del Norte. Con lo que el error humano decantó a Guillermo Ochoa, como si los demás porteros no se equivocaran y volvió a resaltar el nombre de un mito viviente: “¡Oswaldo, Oswaldo!” que retumbo en el estadio Cuauhtémoc como si no existieran otros porteros como Michell, Jhonatan o el mismo Corona.
Oswaldo ya murió para la selección y no por estos dos errores se va a marginar el ánimo de Memo Ochoa. ¡Ya basta de Oswaldo Sánchez! Ahora existen otros jugadores, el ya tubo su oportunidad y eso explica la realidad. Ya no más con el arquero del Santos de Torreón.
Aficionados hipócritas, somos los mexicanos, pues antes halagos y aplausos, era la maldita costumbre de entronizar al ídolo apellidado Ochoa, ahora demuestran su poca visión con epítetos de un publico hostíl e ignorante, pero sólo son aficionados radicales y de esos tenemos muchos.
¿Algo pasa con el portero americanista? Pensamos que no y sólo otra mala tarde que ha de estar pesando mucho en su ánimo, pero tenemos portero para nuestra selección y aunque les pese, será Guillermo Ochoa.
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