viernes, 11 de mayo de 2012

HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE







José Paulino y Guadalupe Rodríguez, sellan con un beso su amor. 

Por MARIO HERNÁNDEZ JAIME

Y sí fue el día más feliz para Paulino y Lupita, que ahora es:

Lupita de Ortega, que antes era María de Guadalupe Rodríguez Hernández, ya que después del acto civil y de los hombres (matrimonio por lo civil) y ahora por la Iglesia Apostólica y Romana, ahora si se dieron el "sí" oficialmente ante el que todo lo puede y ante el que prometieron amarse para toda la vida, por ello nuestra principal protagonista, lleva ahora el apellido, de Ortega.

Paty Ortega el novio y Doña Guadalupe Sánchez.
José Paulino Ortega, ya esperaba nerviosamente a su futura conyuge en la afueras de la catedral de Apizaco Tlaxcala, dedicada a la "Virgen de la Misericordia", (bello recinto de esa entidad de Tlaxcala), lugar que escogieron los ahora esposos para la realización y culminación de su amor religioso.

El párroco de la iglesia en punto de las 16: 00 horas del día 5 de mayo de este año 2012, salió a recibir a los futuros desposados en la entrada de la catedral, donde también tomaron su lugar los padres de ambos contrayentes: señores Juan Rodríguez Lima y la señora María Luz Guadalupe Hernández, por parte de la novia y la señora; Luz Patricia Ortega Sánchez y la abuelita Guadalupe Sánchez Flores, por parte del novio, quienes felices lo participaban ante el señor Dios y Hombre verdadero.

Obviamente les siguieron los familiares más directos como fueron las madrinas y hermanas de los conyugues, señoritas Gabriela y Georgina Ortega, quienes además de ser de las principales organizadoras del enlace matrimonial, también fungieron como madrinas de anillos. Obviamente sin olvidar a los padrinos de velación; Velia Sánchez de Morales y Luis Morales Hernández, quienes con su aceptación para ser padrinos, les otorgaron el ejemplo puro y viable de como conducirse en la vida, por lo que desde el principio ya ganaron los desposados, en la cuestión de buenos ejemplos. También participó como madrina Fabiola Rodríguez Hernández, amén de los padrinos de lazo; Andrés Rodríguez y Eva de Rodríguez y prácticamente ahí dio comienzo este acto del enlace de Pau y Lupita, para después llegar a la entrega de anillos, arras, y la sagrada comunión, para que finalmente se les declarara legítimos esposos.

Doña María Luz, la novia y Don Juan Rodríguez. 

Paso a pasito se logró

Y si se logró, eres la novia más bella, tienes el ramo perfecto, cada detalle estuvo cuidado, todo resuelto, la caminata hacia el altar con una sonrisa insuperable, y al lado el hombre de tu vida. José Paulino Ortega, quien recordó lo qué significa realmente el matrimonio por la iglesia y sonrió al pensar, que es la alianza matrimonial por la que un hombre y una mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma naturaleza al bien de los esposos y a la generación y educación de los hijos que fue elevada por nuestro Salvador Jesucristo a la dignidad de Sacramento entre los bautizados.

También Lupita se puso a pensar que el matrimonio no es un simple contrato, como la compraventa de una casa o de un coche, sino una alianza de personas, con mayor razón lo que está enraizado en la naturaleza humana y que está ligado al amor y responsabilidad de los contrayentes, y elevado a sacramento por Cristo en su Iglesia y ello la hizo razonar cuando escuchó:

Lupita y Paulino.
"Yo José Paulino, te acepto a ti como esposa para amarte y bendecirte hasta que la muerte nos separe, para que pueda decirte día con día, año con año; te amo, palabras que condenaban a vivir a María Guadalupe Rodríguez Hernández a ser la compañera de toda la vida de José Paulino Ortega hasta que la Muerte los separe.

Como siempre sucede los señores fotógrafos imprimieron sus graficas a la feliz pareja, quienes también inmortalizarían esos agradables momentos con sus familiares, padrinos y gente que mucho tuvieron que ver como testigos de este acto litúrgico de casamiento, entre dos seres que se aman.

A la salida ya los esperaba todo el contingente para bañarlos materialmente con arroz y flores, esperando que los novios se fundieran en un beso de amor sincero para dar por terminada esta sagrada liturgia, esperando Que Dios Bendiga esta unión hasta el fin de sus días.

Posteriormente la comida y el bailongo fue en el auditorio Emilio Sánchez Piedras, de esa bella entidad de Apizaco Tlaxcala, a donde prometemos volver cuando les toque este agradable convivió matrimonial a algunas de las damitas, Ortega.

Los obligados anillos que simbolizan la pureza del matrimonio.
Lógicamente que todo salió tan magníficamente, que la clásica entrega del ramo a las futuras casamenteras y la corbata a los caballeros, cayó en blandito y ojala que los que tuvieron la suerte de capturar esos preciados objetos, les de fortuna y sean los futuros contrayentes, así como también fue muy festejado el clásico brindis, para después de beber la champañita lancen hacia atrás las copas que simboliza: que dejan atrás la otra vida, para empezar otra nueva a partir de la boda, o sea, de allí en adelante...

Amarrados practicamente hasta el fin de sus días.
No queda más que agradecer a: Georgina y Gabriela Ortega, Alejandro, Luis Ortega y Javier Islas, la ayuda recibida para la feliz culminación de esta boda, pues sin el celo que le pusieron en la organización, difícilmente hubiera terminado tan exitosamente este enlace matrimonial de su querido hermano.  
Por lo pronto:

Vivan felices y sin rencores, queriendo cada día más al ser humano, porque somos a imagen y semejanza a Dios Nuestro Señor.

martes, 24 de abril de 2012

ETERNO AMOR

El momento culminante del oficio Civil.
Ortega Sanchez y Toscuento, predominaron en la foto.
Por. MARIO HERNÁNDEZ JAIME

Después de firmar las actas oficiales y estampar sus huellas dactilares en los documentos exprofesos y leer la famosa epístola de matrimonio, finalmente quedaron casados la pareja que formaron: María Guadalupe Rodríguez y Paulino Ortega, como nuevos esposos cumpliendo un anhelo que ya lo traían pensadísimo desde hace más de 10 años de feliz noviazgo.

Ya no hubo dudas y si felicidad derramada que el tiempo trajo, porque ha habido mucha comprensión, que en esta ocasión al fin ser pudo lograr para la realización de sus pensamientos y nunca alguna sombra maligna pudo destruir el amor atesorado por más de 3650 días, aún cuando fue más que eso, pero como no hay tiempo que no se cumpla, al fin se leyó la epístola de Melchor Ocampo y la licenciada, Juez de Paz, los tuvo que declarar esposos hasta que la muerte los separe.


En casa de la novia se ofició la ceremonia y además de los padres de ambos contrayentes también acudieron familiares y amigos, que fueron testigos presenciales del gran amor que se profesa esta pareja.

Ya no se escapó Paulino Ortega.
Tampoco Lupita hizo la graciosa huida y firmó con mucho valor
Obviamente que Don Juan Rodríguez y la señora María Luz Guadalupe Hernández, felices se vieron al comprobar que su hija María Guadalupe se realizaba como mujer, ejemplo de la buena educación que le prodigaron.

Como consecuencia lógica y por lo tiempos que todo borra, la famosa Epístola de Melchor Ocampo ya se ha hecho absoleta para algunos, pero es necesario recordar esas viejas y sabias palabras que dejará este insignie personaje para los que se desposan y que dice así:

El Casamiento por lo civil, es el único medio moral de fundar la familia, de conservar la especie y de suplir las imperfecciones del individuo que no puede bastarse a sí mismo para llegar a la perfección del género humano. Que éste no existe en la persona sola sino en la dualidad conyugal. Que los casados deben ser y serán sagrados el uno para el otro, aún más de lo que es cada uno para sí. Que el hombre cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar, y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando éste

Decisión complacida en la firma.
se entrega a él, y cuando por la sociedad se le ha confiado. Que la mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura, debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo. Que el uno y el otro se deben y tendrán respeto, deferencia, fidelidad, confianza y ternura, y ambos procurarán que lo que el uno se esperaba del otro al unirse con él,


no vaya
Don Juan no pierde una hija, ganó un hijo más.
desmentirse con la unión. Que ambos deben prudenciar y atenuar sus faltas. Que nunca se dirán injurias, porque las injurias entre los casados, deshonran al que las vierte, y prueban su falta de tino o de cordura en la elección, ni mucho menos se maltratarán de obra, porque es villano y cobarde abusar de la fuerza. Que ambos deben prepararse con el estudio y amistosa y mútua corrección de sus defectos, a la suprema magistratura de padres de familia, para que cuando lleguen a serlo, sus hijos encuentren en ellos buen ejemplo y una conducta digna de servirles de modelo. Que la doctrina que inspiren a estos tiernos y amados lazos de su afecto, hará su suerte próspera o adversa; y la felicidad ó desventura de los hijos será la recompensa ó el castigo, la ventura ó la desdicha de los padres. Que la sociedad bendice, considera y alaba a los buenos padres, por el gran bien que le hacen dándoles buenos y cumplidos ciudadanos; y la misma, censura y desprecia debidamente a los que, por abandono, por mal entendido cariño, ó por su mal ejemplo, corrompen el depósito sagrado que la naturaleza les confió, concediéndoles tales hijos. Y por último, que cuando la sociedad ve que tales personas no merecían ser elevadas a la dignidad de padres, sino que sólo debían haber vivido sujetas a tutela, como incapaces de conducirse dignamente, se duele de haber consagrado con su autoridad la unión de un hombre y una mujer que no han sabido ser libres y dirigirse por sí mismos hacia el bien.


Fabiola también fue testigo.

Gaby Ortega con mucho valor estampó su rúbrica. 








Por todo ello, los padres de ambos contrayentes; Luz Patricia Ortega Sánchez y Guadalupe Sánchez, por parte del novio y por parte de la novia señores; Juan Rodríguez Lima y María Guadalupe Luz Hernández, lo participan con mucho orgullo y ya sólo faltará la sagrada unión por la iglesia catolica apostólica y Romana, misma que se celebrará en la Catedral de Apizaco el días 5 de Mayo del presente año.

La rubrica de  María Luz Hernández
Ya después de la ceremonia, se organizó una excelente carniza, no faltando las bebidas espirituosas que nunca son malas, pero lo que más levantó el ánimo fue la sana alegría contagiosa de las hermanas y primas del novio: Gaby y Georgina Ortega, que acompañadas de Laura, Carmen y Gabriela Moralezorganizaron el baile autóctono, para después pasar al real bailongo, terminando todo con la clásica y divertida musiquilla de: No Rompas más mi pobre corazón...

Y claro que todo terminó a buena ora hasta que el último de los borrach..., que diga invitados, salieron de la residencia de los papás de la novia, no sin antes desear todos los parabienes que se merece esta feliz pareja.

Como se acostumbra al otro día y por la mañana, los gorro.., que diga invitados, regresaron para volver a degustar de nuevo el clásico recalentado y otros para curarse la resaca y recordar el famoso bailesito autóctono y las peripesias de los que se retiraron muy entrada la noche, y si, a tanto llegó que Don Gerardo Serrano Botello bailó y no las calmadas..., si estimado lector le aseguramos que asi fue.  Que aguante de persona y todo con tal de que Paulino Ortega y ahora su media naraja Lupita Rodríguez de Ortega hayan estado felices.

Aspectos de la ceremonia Civil
    Ya sólo falta que los lectores de este blog, constaten la gran alegría que predomino por cerca de 12 horas en que estuvimos en ese recinto que sirvio para la ceremonia civil, obviamente las fotos del intenso sarao.

Como expresamos, el balilongo fue agradable y el Chico que es una persona agradable y carismática, fue quien con su simpatía, empezo
a bailar la danza de los viejitos y lo secundaron
Margarita Islas de Serrano y Georgina Ortega.

Y todo quedó sellado con este apasionado beso de amor.
¡No rompas más mi pobre corazon!!!
Ellos dieron muestra que cuando se desea divertirse sanamente, son los primeros y si no lo cree constátelo usted mismo porque en la primera fila de esta foto aparecen; Georgina, Margarita, Paty (mamá del novio), Gabriela Ortega, Alan Ortega Toscuento, la monumerntal Artista, apareciendo en la foto, Samanta Serrano Islas y hasta don Juan Rodríguez está en la gráfica, sin duda alguna alegría a raudales.

Y ahí están; Geor, El chico y Margarita, demostrando que también en Texcalac corre el río, por lo que esta boda de Paulino  Ortega y de María de Guadalupe Rodríguez, quedará en la memoria como algo inovidable, en la vida, no sólo de esta fenomenal pareja de desposados, sino también de los habitantes de este poblado, perteneciente a Apizaco Tlaxcala.
Enhorabuena.


Esperamos que los protagonistas de esta tarde, hayan quedado satisfechos del ágape, de la ceremonia y del bailesito que se ejecutaron ambas familias; Ortega-Sánchez y Rodríguez- Hernández, que por nuestra parte, intentamos hacer de la mejor manera posible la crónica  de este evento social, que se trató de la Unión por lo Civil de Paulino Ortega y de María Guadalupe Rodríguez Hernández...


Amor Eterno

El chico  y los Ortega Sánchez animaron la pachanga.


QUE DIOS BENDIGA SU AMOR